El 68% de las personas con un problema de salud mental a las que apoya la FECLEM tienen un perfil de complejidad moderado o alto
Entre los factores de dificultad que más se repiten se encuentran la gestión del patrimonio, el abordaje y los trastornos de conducta disruptiva.
 

Si clasificamos a las personas a las que apoya la Fundación FECLEM en cuatro niveles de complejidad en la provisión de apoyos jurídicos, un 32% presentan una dificultad baja, en un 49% se encuentran una dificultad media y se ubican en una dificultad alta un 15% de ellas. Existe un pequeño grupo que representa el 4% y que supone una dificultad excesiva o crítica, teniendo en cuenta los recursos con los que cuenta FECLEM. Estos datos se extraen de la herramienta de medición puesta en marcha en 2021 por FECLEM que permite conocer cuáles son los factores de complejidad para la provisión de apoyos jurídicos.

A 1 de enero de 2024, de los 20 factores estudiados, los que más se repiten entre las personas con un problema de salud mental que reciben apoyos jurídicos de FECLEM son: patrimonio a gestionar (54%), dificultad de abordaje (45%), la dificultad causada por los trastornos de conducta disruptiva (44%) y encontrase en una situación económica deficitaria (38%). Gracias a esta herramienta se dan a conocer los aspectos críticos que dificultan el abordaje o aquellos que sitúan a la persona en posiciones de alto riesgo de exclusión social.

Los factores de complejidad en el apoyo a la toma de decisiones se utilizan para evaluar las dificultades en la provisión de apoyos en materia de salud, sociales, económicos, patrimoniales y judiciales. El objetivo final es proponer estrategias de adaptación profesional para proveer a cada persona de los apoyos específicos que necesita. El estudio, fruto de la observación continua y de un ejercicio de análisis y evaluación por parte de los profesionales de FECLEM, se realiza anualmente a una media de 450 personas. A mayores, en 2023 se ha evaluado a un 28% más que están en fase pre-apoyo, es decir, se valora el grado de dificultad para verificar si la prestación de apoyos es viable por parte de la Fundación y si beneficia a la persona.